Ingredientes
(para 4 personas)
400
gr. de guisantes congelados o frescos
1
manojo de cebolletas o dos cebollas dulces
150
gr. de jamón serrano
4
huevos
1
pastilla de caldo de ave y un vaso de agua o un vaso de caldo de pollo
Aceite
Sal,
pimienta, orégano, tomillo
Elaboración
2.
Calienta ligeramente 4 cucharadas de aceite en una olla o sartén honda con
tapadera.
3.
Añade los guisantes sin descongelar o frescos en su caso.
4.
Rehoga a fuego suave durante un par de minutos y añade la pastilla de caldo y
el agua o el caldo de pollo.
5.
Tapa la cocción y mantén a fuego muy suave durante 20-25 min.
6.
Añade jamón en daditos y comprueba la cantidad de líquido que queda. Si es
mucho, termina de cocer con la cazuela destapada, si está más seco, mantenla
cerrada. En ningún caso deben quedarse sin nada de jugo o se secarán. Si fuera
necesario añade un poquito más de caldo o de agua.
7.
Comprueba el punto de sal y si hace falta corrige. (Ten en cuenta que ya lleva
pastilla de caldo y jamón, cuidado con salarlos). Es importante que pongas la
sal al final para no deshidratarlos.
8.
Pon 4 lonchas de jamón serrano en una bandeja de horno sobre un papel vegetal,
coloca otra hoja de papel encima y algo de peso, una bandeja por ejemplo, sobre
todo ello.
9.
Introduce la bandeja en el horno precalentado a 200ºC durante 15 min.
10.
Cuando se enfríe ligeramente, retira la bandeja y el papel de encima y
obtendrás unos sabrosos crujientes de jamón.
11.
Forra un bol con papel film. Pon unas gotas de aceite y casca un huevo dentro,
añade un poco de pimienta molida, orégano y tomillo.
12.
Envuélvelo procurando que no quede aire en el interior. Átalo con un hilo de
cocina. Repite la operación con los 3 huevos restantes.
13.
Ponlos a cocer en agua hirviendo a fuego muy suave durante 4 min.
14.
Sácalos y corta el papel film.
15.
Presenta el plato con los guisantes en el fondo, un huevo en el centro y un
crujiente de jamón.
Los guisantes son legumbres y por lo tanto, tienen sus
propiedades: alto contenido en proteína vegetal, hidratos, fibra, vitaminas y
minerales. Pero tienen una ventaja
añadida al ser legumbres frescas: son menos calóricos porque su contenido en
agua es mayor. Junto con el huevo al que no añadimos prácticamente nada de
grasa y el jamón, constituyen un plato completo y equilibrado que nos ayudará a
incorporar las dos raciones de legumbres recomendadas por semana a nuestra
dieta.
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