Ingredientes
Para el crujiente
½ kg. de
langostinos crudos
Pasta brik o filo
Salsa de soja
Ralladura de lima
Ajo
Jengibre
Sésamo
Huevo o aceite
para pintar
Mezclum para
acompañar
|
Para la mahonesa
100 ml. de aceite
de oliva
150 ml. de aceite
de girasol
1 huevo
2 cucharadas de
vinagre de arroz
1 cucharada de
salsa de soja
Sal
1/3 de
cucharadita de pasta de wasabi
|
Elaboración
Del
crujiente
- Pela los langostinos manteniendo la cola.
- Mezcla 100 ml. salsa de soja con ralladura de lima, un ajo picado muy fino o rallado, una cucharadita de jengibre picado de la misma manera y una cucharadita de sésamo.
- Introduce los langostinos en la mezcla y deja marinar una hora.
- Escúrrelos bien.
- Corta tiras de pasta del ancho de los langostinos.
- Envuelve los langostinos en las tiras de pasta dejando la cola fuera. Pinta la parte final de la pasta con huevo para que se pegue bien y no se abra en la fritura.
- Atraviésalos con una brocheta.
- Fríe las brochetas en abundante aceite bien caliente. Escúrrelas sobre papel absorbente.

De
la mahonesa
- Pon en el vaso de la batidora el aceite de oliva y el de girasol, un huevo, sal y vinagre.
- Introduce la batidora y comienza a batir a velocidad mínima sin moverla del fondo hasta que veas como emulsiona la mezcla.
- Mueve la batidora arriba y abajo hasta que toda la mezcla esté compacta.
- Añade la soja y el wasabi, bate de nuevo. Prueba y corrige algún ingrediente si lo ves necesario.
Del
plato
- Sirve los crujientes recién hechos, acompañados por un poco de mézclum y la mahonesa.

La pasta filo
puede conservarse herméticamente cerrada, en la nevera o en el
congelador. En el primer caso debe sacarse de la nevera unas tres horas antes
de trabajar con ella. En el segundo, además, debe estar unas ocho horas antes
en la nevera, luego unas 3 horas fuera de la nevera.
Es importante poner capas ligeras de
mantequilla derretida en cada capa de pasta.
Para que no se humedezca y quede
cruda en el interior, los rellenos deben ser bastante secos.
Existe otra pasta muy parecida a la
filo pero de origen magrebí y que es más utilizada en nuestras cocinas, es
la pasta brik: una especie de crepe u oblea muy hojaldrada, igual que la
Malsouka de Túnez. De textura crujiente y sabor neutro que admite todo tipo de
combinaciones, una vez rellena y bien frita o horneada, queda muy agradable y
está cada vez más extendida y aceptada en nuestras cocinas.
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