Ingredientes
Para las torrijas
1 barra de pan
(mejor duro
o especial para
torrijas)
2 huevos
800 ml. de leche
200 ml. de nata
1 corteza de
limón
1 corteza de
naranja
1 rama de canela
Azúcar
Canela molida
Aceite de girasol
|
Para la reducción
300 ml. de Pedro
Ximénez
80 gr. de azúcar
1 rama de canela
1 corteza de
naranja
|
Para emplatar
Nata en espray
Menta
1 Naranja
|
Elaboración
De
la reducción
- Pon el vino a calentar en un cazo, añade el azúcar y remueve bien.
- Añade la cáscara de naranja y la canela partida y deja cocer unos 30 min. a fuego suave. Debe reducir a la mitad, pero no dejes que espese demasiado porque al enfriarse quedará demasiado pastoso.
De
las torrijas
- Pon a calentar la leche y la nata con las cortezas de naranja y limón y la rama de canela partida. Mantenla a fuego muy suave, sin que llegue a hervir durante 15 min. Retírala del fuego, tápala y déjala infusionar otros 10 min.
- Corta el pan en rodajas gruesas (2cm. aproximadamente), retira los filos y dales forma cuadrada.
- Cuela la leche, añade dos cucharadas de reducción de vino y mezcla. Remoja el pan en la leche.
- Déjalas reposar unos min sobre una rejilla para que suelten el exceso de líquido.
- Pásalas por huevo batido y fríe en abundante aceite caliente hasta que doren por un lado, vuélvelas y dóralas por el otro.
- Escurre muy bien el exceso de aceite con papel absorbente por ambas caras.
- Mezcla azúcar con canela (70% azúcar - 30%canela).
- Emborriza las torrijas con esta mezcla. Déjalas reposar una hora al menos.
Del
plato
- Pela la naranja a vivo y saca los gajos limpios.
- Pasa la reducción de vino a un biberón. Haz unos dibujos en la base del plato.
- Coloca las torrijas.
- Pon al lado unos pegotitos de nata y decora con los gajos de naranja y las hojas de hierbabuena.
El nombre más común que reciben es el
de Torrija, pero se puede hacer mención a ellas como “Tostadas” o “Torrejas”.
Las Torrijas están presentes en casi toda España y como suele ocurrir
con muchos dulces no se conoce a ciencia cierta el origen; unos dicen que es
andalusí, otros mudéjar y en la que coinciden más, es en que provienen de los
romanos, debido a que las podemos encontrar en muchos lugares en los que estuvo
asentado el antiguo Imperio.
Podemos encontrarlas documentadas por
primera vez en un libro del siglo XV del poeta español Juan del Encina, en el
que aparece: “Miel y muchos huevos para hacer torrejas“, indicadas como plato
para la recuperación de parturientas.
Poco a poco fueron adquiriendo otra
utilidad: se servían como aperitivo de una copa de vino.
El salto a convertirse en una tradición española en Cuaresma y Semana Santa no se sabe muy bien por qué se dio, pero puede estar relacionado con la necesidad de aprovechar todo el pan duro que sobraba tras las comidas.
La costumbre inicial es española, pero debido al turismo en estas fechas con motivo de las procesiones, ha conseguido traspasar las fronteras y llegar a asentarse en países como Francia, Portugal y Latinoamérica.
El salto a convertirse en una tradición española en Cuaresma y Semana Santa no se sabe muy bien por qué se dio, pero puede estar relacionado con la necesidad de aprovechar todo el pan duro que sobraba tras las comidas.
La costumbre inicial es española, pero debido al turismo en estas fechas con motivo de las procesiones, ha conseguido traspasar las fronteras y llegar a asentarse en países como Francia, Portugal y Latinoamérica.
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