Ingredientes
1 conejo
1 cabeza de ajos
1 conejo
1 cabeza de ajos
1 rebanada gruesa de pan
1/3 de cucharadita de cominos
1/2 cucharadita de pimentón dulce ahumado
1 vaso de vino blanco
1/3 de cucharadita de cominos
1/2 cucharadita de pimentón dulce ahumado
1 vaso de vino blanco
1 rama de tomillo de monte
1/3 de vaso de vinagre
Sal
Elaboración
1.Trocea el conejo.
1/3 de vaso de vinagre
Sal
Elaboración
1.Trocea el conejo.
2. Calienta una sartén con un fondo de aceite y
fríelo a fuego fuerte al principio para sellar un poco.

4. Pela los ajos y córtalos en rodajas gruesas.
Fríe 6 en una sartén pequeña. Reserva 2 crudos.
5. Saca los ajos y fríe la rebanada de pan hasta
que dore por ambos lados. Escurre sobre papel absorbente. Apaga el fuego, añade
el pimentón al aceite, mueve para que no se queme y reserva.
6. Pon en un mortero los cominos enteros y machácalos hasta que queden molidos. Añade
los ajos, fritos y crudos, y vuelve a machacar.
7. Trocea el pan frito y machácalo también hasta
conseguir una textura terrosa.
Agrega el aceite de pimentón, un chorrito de
vinagre y el vino y mezcla bien.
8. Echa el majado al conejo y deja cocinar hasta
que se evapore el alcohol y espese la salsa.

El ajillo
pastor es una salsa típica de Andalucía, concretamente de la provincia
de Jaén.
Esta salsa, de origen pastoril, era utilizada en la Edad Media como aderezo en
los platos de carne, preferiblemente cordero, conejo y pollo para realzar su sabor.
Los pastores tenían por tradición elaborar este aliño, que añadían una vez frita la carne. La carne la solían freír al aire libre y con fuego de leña, por eso utilizamos el pimentón ahumado, para intentar emular algo de ese sabor inconfundible que la leña confería a todo lo que se cocinaba con ella.
Hoy en día, se sigue elaborando tradicionalmente en muchos hogares jienenses para realzar el sabor de cualquier tipo de plato: patatas, verduras y, por supuesto, carne.
Los pastores tenían por tradición elaborar este aliño, que añadían una vez frita la carne. La carne la solían freír al aire libre y con fuego de leña, por eso utilizamos el pimentón ahumado, para intentar emular algo de ese sabor inconfundible que la leña confería a todo lo que se cocinaba con ella.
Hoy en día, se sigue elaborando tradicionalmente en muchos hogares jienenses para realzar el sabor de cualquier tipo de plato: patatas, verduras y, por supuesto, carne.
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