martes, 7 de abril de 2015

COULANT DE DOS CHOCOLATES


Ingredientes (para 12 unidades)
Para el bizcocho del  exterior
100 gr. de mantequilla
100 gr. de harina de repostería
200 gr. cobertura de chocolate
150 gr. azúcar glasé
4 huevos
1 sobre de levadura química
Para la ganache del  interior
100 gr. de chocolate blanco
50 ml. de nata para cocinar
Elaboración
1. Pon a calentar la nata en un cazo
2. Cuando comience a hervir apaga el fuego y añade el chocolate blanco troceado. Remueve hasta que se deshaga.
3. Vierte la ganache en una cubitera y mete en el congelador hasta que se endurezcan los cubitos.
4. Pesa todos los ingredientes del bizcocho.
5. Derrite la mantequilla junto al chocolate al Baño Mª o en el microondas.
6. Separa las yemas y las claras.
7. Monta las yemas con el azúcar, hasta obtener un color amarillo pálido.
8. Incorpora el chocolate fundido sin batir, con movimientos envolventes.
9. Tamiza la harina y la levadura sobre la mezcla, poco o poco, incorporando con los mismos movimientos.
10. Añade las claras montadas un poco por debajo del punto de nieve. Envuelve nuevamente.
11. Engrasa moldes de flan o de aluminio desechables con una fina capa de mantequilla y harina. Da un golpe seco sobre la encimera para retirar el exceso de harina.
12. Deposita la masa en una manga pastelera.
13. Llena los moldes un par de cm. Pon un cubito de ganache justo en el centro y termina de rellenar el molde hasta la mitad aproximadamente.
14. Hornea a 180ºC, durante 8 min.
15. Sácalo del horno, desmolda inmediatamente, con cuidado de no quemarte y sirve caliente, cubierto de azúcar glasé.
16. Puedes acompañarlo de unas frutas rojas o de un poco de helado de vainilla o limón.

Este postre maravilloso, atribuido al cocinero francés Michel Bras, además de su increíble sabor y textura, tiene una ventaja añadida: sale mejor si está congelado, solo tienes que aumentar un par de min. el tiempo de cocción. De este modo, como es supercalórico (algo malo tenía que tener) puedes tenerlo congelado y consumirlo en pequeñas porciones cuando el deseo te venza. Como hay que servirlo caliente para que el chocolate del interior se mantenga fundido, evitarás hornear un montón y dar continuos viajes a la despensa.


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