Celebramos el Día de Andalucía con un menú muy nuestro: muy andaluz y sin duda, muy jaenero.
Dos de los platos que mejor representan nuestra esencia.
Recetas de aprovechamiento de recursos y de combinación de los géneros disponibles.
Ingenio y creatividad mezclados en esas dosis que nos hacen tan diferentes y tan especiales.
Esta semana propusimos a los cocineros un reto: gestionar, organizar y elaborar simultáneamente los dos platos por sus propios medios, solo con la ayuda de la receta escrita y la de sus compañeros, sin mi intervención.
Los equipos funcionaron bastante bien y aunque al principio se bloquearon un poco, una vez pasados los nervios del momento inicial, trabajaron con resolución consiguiendo grandes resultados.
Los compañeros colaboraron de forma espontánea: corrigiendo cuando se equivocaban, ayudando cuando se perdían e incluso arrimando el hombro cuando era necesario.
Bien por todos, una experiencia gratificante.
Ingredientes
1 kg. de naranjas de mesa
2 cebolletas
250 gr. de bacalao salado
Aceite de oliva virgen extra
Aceitunas negras
1. Pon el bacalao a desalar, cubierto de agua durante 4
horas. Cambia el agua un par de veces durante el transcurso de este tiempo.
2. Exprime una naranja y reserva el zumo
3. Pela el resto de naranjas a vivo, saca los gajos sin
piel y deposítalos en una fuente honda.
4. Pica las cebolletas muy finas aprovechando las hojas
verdes más tiernas. Añádelas a la naranja.
5. Saca el bacalao del agua, sécalo y desmígalo sobre las
naranjas.
6. Añade un buen chorreón de aceite al zumo de naranja,
bátelo muy bien y rocía la ensalada con él.
7. Decora con unas rodajas de aceitunas negras.
Una de las ensaladas andaluzas más
conocidas junto con la pipirrana, el salmorejo (ensalada triturada) y el
gazpacho (ensalada líquida). El remojón es más típico de la zona de Granada,
Almería y Málaga, aunque también se elabora en el resto de Andalucía. Es una
ensalada refrescante, ligera y original, por el contraste de sabores salados y
dulces y por sus ingredientes.
Resulta perfecta para acompañar platos
contundentes o más secos de textura como el caso de las migas de pan. También
es ideal como cena o primer plato, para aligerar o complementar un menú.
La receta original lleva también
huevos duros, puedes ponerlos por encima a modo de decoración. Existen además otras versiones con patatas cocidas o habas frescas, cualquier elemento que creas que puede funcionar siempre es bien venido: solo es cuestión de probar.
Los alumnos se esforzaron en el emplatado con resultado diverso, pero muy bueno en general.
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