domingo, 8 de marzo de 2015

MIGAS DE PAN

 Ese ambiente tan especial que siempre surge alrededor de la elaboración de este plato, invadió la cocina y pasamos unas tardes estupendas entre amigos y risas. Es la magia de esos platos de raíces tan profundas en nuestra memoria que  a todos nos evocan momentos felices.
 No hay nada más entrañable que la gente reunida alrededor del fogón, esperando la vianda, charlando distendidamente y, eso sí, muy de nuestro carácter andaluz: opinando sobre la elaboración del plato y corrigiendo continuamente al cocinero de turno, aunque sea el más experimentado del grupo.


Ingredientes (para 4 personas)
2 barras de pan cateto (del día anterior)
Una cabeza de ajos
¼ de pimientos verdes
150 gr. de masa de chorizo
200 gr. de panceta
Agua
Sal
Vino blanco
Aceite de oliva
Elaboración
1. Pica el pan en trocitos pequeños. Ponlo en una fuente honda y humedécelo añadiendo agua y apretando con las manos. Echa también medio vaso de vino blanco y sal.
2. Chafa los ajos y fríelos con cáscara a fuego muy suave hasta que estén bien dorados. Retira y reserva.
3. Lava los pimientos y retira el corazón y las semillas. Córtalos en cuadrados de 2 cm.
4. Fríe los pimientos a fuego suave en el mismo aceite de los ajos. Cuando estén tiernos, reserva junto a los ajos.
5. Corta la panceta en tiras de 1 cm. y fríe a fuego medio, en el mismo aceite, hasta que estén bien crujientes. Reserva.
6. Fríe la masa de chorizo. Escurre y reserva.
7. Añade el pan a la misma sartén en la que has frito el resto de ingredientes. Remueve bien.
8. Sigue moviendo hasta que las migas pierdan humedad y comiencen a soltarse.
9. Pela los ajos, cháfalos un poco e incorpóralos, sigue removiendo.
10. Añade la panceta y el chorizo; por último, cuando estén casi terminadas,  incorpora los pimientos.

Las migas, migas ruleras o migas de pastor son un plato típico de pastores con el que se aprovechan las sobras de pan duro, aunque existen también las migas de harina, típicas del sudeste español.
Parece ser que las migas pueden provenir del cuscús magrebí; en los territorios cristianos se hacían con pan y se le echaban torreznos de cerdo para distinguirlo de la comida árabe y judía.

Como son un plato contundente y algo seco, aunque queden jugosas, suelen acompañarse de elementos más refrescantes, como pueden ser frutas: uvas, mandarinas, granadas o verduras: tomate y lechuga. También es muy típico acompañarlas con pescado en salazón como sardinas o bacalao. Pero esta última combinación no es muy recomendable si uno quiere una digestión más ligera y no tener que beber dos litros de agua después de comer.

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