Un parón biológico hizo que fuese imposible encontrar sardinas del tamaño adecuado para elaborar la receta en la sesión del jueves.
Un poco de improvisación y cambiamos las sardinas en salazón por adobo.
No es el mismo resultado, pero también resultó ser una propuesta interesante.
Para
las sardinas
1
kg. de sardinas grandes
2
kg. de sal gorda
Para
la alboronía
1
cebolla
1
pimiento verde
½
pimiento rojo
1
berenjena grande
200
gr. de calabaza
Sal
y aceite de oliva virgen extra
Elaboración
De
las sardinas
1.
Limpia las sardinas y saca los filetes de lomo limpios.
2.
Cubre el fondo de una fuente amplia con
sal gorda. Extiende los filetes por encima con la piel hacia arriba.
3.
Cubre las sardinas con otra capa de sal gorda y coloca más sardinas encima. Termina
con una capa de sal gorda.
5.
Deja macerar durante 1 hora, más o menos, dependiendo del grosor (si son muy
grandes 15 min. más, si son más pequeñas, 15 min. menos).
6.
Lava las sardinas con agua para quitarles la sal y sécalas bien.
De
la alboronía
1.
Lava todas las verduras y pela las que lo necesiten.
2.
Pártelas todas en dados de medio cm.
3.
Pon a calentar una sartén honda con un fondo de aceite.
4.
Pocha, dejando que cada verdura se sofría un poco antes de añadir la siguiente,
en este orden: cebolla, pimiento rojo, pimiento verde, berenjena y calabaza.
5.
Añade un poco de sal a cada ingrediente después de incorporarlo.
De
las tostas
1.
Corta el pan a rodajas, deposítalo en una bandeja de horno y hornéalo a 200ºC
durante cinco min. o hasta que adquiera un leve tono dorado.
2.
Pon una cucharada de alboronía encima de cada tosta.
3.
Escurre el aceite de las sardinas y deposita un lomo con la piel hacia arriba
encima de la alboronía.
4.
Decora con un poco de aceite y una ramita de cebollino.
La alboronía es un guiso de origen árabe que fue
evolucionando con la llegada a América y con los productos que de allí se
incorporaron, como el tomate o el pimentón. Es un plato muy apreciado en
Andalucía y en Castilla-La Mancha, típico de la cuaresma por sus ingredientes
únicamente vegetales. Este plato ha sido el precursor de varios tipos de pisto
como el manchego o el madrileño y de otras recetas similares como
el tumbet mallorquín, la xanfaina catalana o la
fritada aragonesa. Según las zonas, se le conoce también como "Boronía"
y "Moronía" y, en algunas partes, "Almoronía".
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