jueves, 20 de noviembre de 2014

REVUELTO DE SETAS Y PIMIENTOS CONFITADOS

El alumnado de esta semana tenía un trabajo complicado: un menú completo, todo él confeccionado con productos de temporada. Tres platos: primero, segundo y postre y tres horas para confeccionarlo, presentarlo y degustarlo. Todo bien ejecutado y a tiempo: ¡Enhorabuena!.
Ingredientes (Para 4 personas)
5 ajos
½ kg. de setas
3 pimientos verdes italianos
150 gr. de jamón serrano loncheado fino
4 huevos
Sal y aceite de oliva virgen
Elaboración
1.  Pela los ajos.
2. Pon a calentar una olla con abundante aceite, introduce los ajos asegurándote de que estén totalmente cubiertos de aceite y deja que se cocinen a fuego muy suave, apenas debe burbujear en la superficie (entre 50 y 70ºC, siempre por debajo de 90ºC).
3. Deja que doren lentamente, sácalos, escúrrelos sobre papel absorbente y resérvalos.
4. Limpia las setas con un pincel o un papel de cocina humedecido.
5. Ponlas en el aceite anterior y cocínalas de la misma manera: cubiertas de aceite y a fuego muy suave.
6. Cuando estén blandas y comiencen a dorar, sácalas y ponlas en un escurridor para que se desprendan del exceso de aceite.
7. Limpia los pimientos de semillas, pártelos por la mitad de manera longitudinal, confítalos y escúrrelos.
8. Una vez confitados todos los ingredientes, parte los ajos a ruedas y las setas y pimientos a tiras de un centímetro de grosor.
9. Calienta una sartén con unas gotas de aceite, cuando comience a humear añade todos los ingredientes a la vez y saltéalos durante un par de minutos; pon un poco de sal (ten el cuenta el jamón).
10. Añade el jamón cortado a tiras del mismo grosor. Saltea otros 2 o 3 min.
11. Baja el fuego al mínimo, echa los huevos sobre la verdura y rómpelos con una espátula con movimientos circulares amplios hasta que se integren con la verdura y comiencen a cuajar.
12. Pica un poco de cebollino fresco y espárcelo sobre el revuelto una vez presentado en el plato.
Las setas confitadas son fantásticas por varias razones y una de las más importantes es que pueden congelarse o conservarse en tarros. 
Para ello, solo tienes que confitarlas agregando un poco de manteca de cerdo al aceite (que ayudará a mantener el aroma), dejarlas enfriar sumergidas en la misma grasa y listas para disfrutar de ellas durante seis meses. Si deseas congelarlas, mételas en una bolsa hermética con un poco de grasa, presiona para quitar todo el aire que puedas, ciérrala, enfríala previamente en la nevera y después pasa al congelador etiquetada con la fecha, el producto y la cantidad. Para conservarlas en tarros de cristal debes hervir previamente los botes y las tapaderas durante cinco minutos, llenarlos hasta un centímetro del borde, taparlos firmemente y hervir cubiertos de agua unos veinte minutos. Dejarlos enfriar dentro del agua. Etiquetarlos y guardarlos en un lugar seco, fresco y apartado de la luz.

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