Ingredientes
1 vaso de vino blanco
de Valdepeñas (o Jerez)
1 vaso de aceite
Ajonjolí o sésamo
Matalahúva o anís
La corteza de una
naranja
La ralladura de un
limón
Azúcar y canela para
emborrizar
Aceite para freír
Elaboración
1. Fríe lentamente la
cáscara de naranja en el aceite, cuando esté casi añade un par de cucharaditas
de anís, deja un min. más y aparta.
2. Enfría el aceite
con la cáscara y el anís dentro para que terminen de aromatizarlo. Cuélalo.
3. Pon en un bol la
harina, añade la ralladura de limón (y si quieres también de naranja), un
puñadito de sésamo y uno de anís.
4. Añade el aceite y
mezcla, a continuación el vino y sigue mezclando.
5. Cuando los
ingredientes líquidos se hayan integrado en la masa, pásala a la mesa y
trabájala con los puños hasta que quede lisa (si fuera necesario añade harina
hasta que deje de ser pegajosa y puedas trabajarla).
6. Forma bolitas
pequeñas (como una nuez), enharina la superficie de trabajo y extiéndelas con
el rodillo formado rectángulos.
7. Une los extremos de
los rectángulos y fríelos con esta forma en abundante aceite bien caliente.
8. Escúrrelos en papel
absorbente y emborrízalos con una mezcla de azúcar y canela.
Si hay un dulce de Semana Santa en Andalucía son sin duda los pestiños o “gusanillos”. Otro ejemplo de sabor tradicional, optimización de recursos e imaginación. Con ingredientes que siempre están en casa, unos cítricos y un poco de anís para aromatizar, un postre con sabor a incienso y a cera, a flores y a saeta. En nuestras manos está mantener vivas estas recetas para que continúen en el paladar y en la emoción de las generaciones venideras.




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